Aunque para la ciudadanía y para la industria turística esta alga representa un problema de salud y económico, todavía esa preocupación no aparece en el radar de los municipios y agencias como un asunto por atender.
Por Rafael R. Díaz Torres | Centro de Periodismo Investigativo
El conocimiento que los gobiernos de municipios costeros y el gobierno central tienen sobre el sargazo y los retos que esta especie marina presenta a comunidades, ecosistemas y comercios no ha sido suficiente para que su manejo se integre en los planes de mitigación que preparan la Junta de Planificación (JP), y los 78 municipios.
Tras el paso de los huracanes Irma y María en septiembre de 2017, la Oficina Central de Recuperación, Reconstrucción y Resiliencia (COR3) solicitó a la JP la actualización de los planes de mitigación de cada municipio. Para eso, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) aprobó una asignación a la JP de $3,128,916, que fue aumentada en julio 2019 a $5,396,144. De ese dinero, se dio un contrato a la empresa Atkins Caribe, LLC como consultor externo para actualizar los planes de mitigación municipales, por $1,748,786.
Los planes de mitigación son un documento base que las jurisdicciones necesitan para solicitar los fondos de recuperación provistos por FEMA e incluyen ocho criterios que ponen en peligro la vida y propiedad. Según la JP, los peligros considerados en el análisis de riesgo para la actualización de los planes de mitigación son el cambio climático, los terremotos, los tsunamis, los deslizamientos, la sequía, las inundaciones, los vientos fuertes y la erosión.
A esta fecha, once municipios han entregado el borrador final de su plan de mitigación a FEMA. De esos, ocho son costeros. Ninguno hizo mención a estrategias de manejo del sargazo. Esto, a pesar de que en la última década, varias playas alrededor de Puerto Rico han experimentado los eventos de arribazones que llegan a las orillas, causando un fuerte hedor, pérdidas en el turismo, retos para la navegación de los pescadores y posibles problemas de salud pública producto de las emisiones de sulfuro de hidrógeno (H2S) del sargazo en descomposición. Se le conoce como arribazones a aquellos eventos en los cuales las algas llegan en cantidades masivas a las playas, áreas costeras o estuarinas.
“Como parte de las actualizaciones dentro de los riesgos que están considerándose ahora mismo, ningún municipio lo ha identificado como un riesgo, pero sí podría ser considerado (el sargazo)”, expresó la planificadora de la Junta de Planificación, Rebecca Rivera Torres.
“De parte de la Junta de Planificación, si el municipio expresa el interés de considerar el sargazo como uno de los riesgos, la Junta de Planificación no tiene ninguna objeción en integrarlo. El plan de mitigación es un plan del municipio. Así que van a estar reflejadas las prioridades del municipio”, añadió la funcionaria durante una entrevista con el Centro de Periodismo Investigativo (CPI).
De los ocho criterios de peligro ponderados en los planes de mitigación, dos han sido investigados científicamente por su posible vínculo con el fenómeno de los arribazones masivos de sargazo que comenzaron a principios de esta década: el cambio climático y la erosión.
Por un lado, la crisis climática continúa mostrando una tendencia de aumento en las temperaturas del mar, lo que ha sido señalado como un elemento que, junto a la acumulación de nutrientes y sedimentos que afloran hacia la superficie marítima al oeste del continente de África, facilitan el desarrollo de las cantidades masivas de sargazo que posteriormente llegan a las costas de territorios caribeños.
De otra parte, científicos de la Universidad de Texas A&M llevan varios años trabajando en experimentos sobre el potencial uso del sargazo como material que ayude a mitigar la erosión costera por medio de la inserción de este alga en la arena y dunas. En otras instancias, su acumulación en las orillas es asociada con eventos temporales de erosión costera.
Uno de los ocho municipios costeros que ya entregó su borrador final del plan de mitigación a FEMA fue Humacao. Al igual que en otros municipios de la costa oriental, algunas playas en este pueblo han visto limitada la actividad recreativa y turística debido a la acumulación y descomposición de sargazo en las orillas. Una de las áreas afectadas este año ha sido el complejo Palmas del Mar.
Si bien el gobierno municipal de Humacao reconoce el problema que puede representar la acumulación de sargazo en sus playas, el tema no fue incluido en el plan de mitigación.
La directora de la Oficina de Planificación del municipio de Humacao, Anilda Fernández Vega, dijo que cumplió con enviar la información requerida por Atkins para el plan de mitigación municipal, y entre esa información no figuraba el asunto del sargazo. Tampoco fue mencionado por personal del DRNA en sus intervenciones como parte de unas mesas de trabajo en las que representantes de la agencia consultaron a distintos sectores como parte del proceso previo a la elaboración del plan de mitigación.
“El sargazo es un fenómeno marítimo y el municipio no tiene jurisdicción sobre el mismo. De hecho, [para] cualquier intervención en la costa tanto por el Municipio como por los ciudadanos, están obligados a solicitar autorización al DRNA”, expresó Fernández Vega en declaraciones escritas.
“Las acciones para reducir o eliminar el sargazo de las aguas y zonas costeras le corresponden el DRNA. No se desprende del plan de mitigación que durante las actividades de las mesas de trabajo el DRNA haya solicitado que se incluyera como proyecto de mitigación algún proyecto para el manejo de los eventos del sargazo”, añadió la geógrafa y planificadora, quien aclaró que en su oficina no han recibido querellas ciudadanas sobre la situación del sargazo.
La funcionaria municipal también dijo que no tiene comunicación con el DRNA para coordinar acciones de limpieza de sargazo en las playas de Humacao.
El DRNA, por su parte, dice que no puede actuar si los municipios y ciudadanos no le avisan.
“Lo que tienen es que notificar. Eso es lo que dice el protocolo”, explicó el director de la Oficina del Programa de manejo de zona costanera y cambios climáticos del DRNA, Ernesto Díaz, en referencia al documento que su agencia publicó en el 2015 para manejar el sargazo que llega a las costas.
Sin embargo, la ausencia de iniciativas del gobierno central y algunos municipios costeros para delinear los usos que se le puede dar al sargazo que se recoge en las costas deja a las comunidades y al sector turístico desprovistos de estrategias para lidiar con la situación.
A juicio del oceanógrafo Jorge Bauzá, la integración del manejo del sargazo en los planes de mitigación es indispensable. De igual forma, la inclusión del sargazo en las políticas de mitigación puede aportar al desarrollo de estrategias de valorización y diferentes usos positivos que resulten de la utilización del alga.
“Cuando hablamos de mitigación es cómo podemos reducir nuestra vulnerabilidad a un impacto, y en el caso del sargazo, los estudios demuestran que es una situación de cambio climático, una situación de balance, producto de la actividad humana, y que llega a la orilla y está creando un impacto ecológico, un impacto a la salud pública y un impacto a la economía”, argumentó Bauzá.
Entre las estrategias de valorización más conocidas se encuentra la transformación de la especie en biogás, su utilización como abono para plantas y su conversión para el desarrollo de productos tales como material de construcción y libretas, entre otros.
“Según nos preparamos para la temporada de huracanes, hay municipios costeros que deben prepararse para los arribazones de sargazo. Tienen que integrarlo a sus planes de mitigación por región, por costa y por comunidad”, añadió el doctor en oceanografía.
Bauzá aboga por la utilización del sargazo que llega a las costas de Puerto Rico. Según el científico, el alga puede utilizarse para el desarrollo de fertilizante, alimento para animales de granja, biocombustible, ladrillos, productos biomédicos, artesanías, entre otras propuestas de valorización.
A pesar de que el sargazo siempre ha estado presente en altamar y en las costas del Caribe, su acumulación en grandes cantidades durante algunas temporadas es un fenómeno reciente. Por tal razón, científicos marinos están inmersos en proyectos de investigación sobre las causas de la intensificación de los arribazones en partes del Caribe y el Atlántico a partir del 2011.
Asimismo, territorios de la región continúan trazando estrategias para enfrentar el sargazo. Una de las iniciativas con énfasis en el Caribe surgió a finales de junio 2019, cuando el estado mexicano de Quintana Roo fue sede una cumbre de sargazo. Un total de 12 países y la isla francesa de Guadalupe participaron y firmaron un acuerdo de colaboración de 26 puntos. La mitigación fue uno de los aspectos resaltados en el documento de cooperación regional.
Puerto Rico no participó de dicha cumbre.
Cuando se le preguntó a Ernesto Díaz si el Gobierno de Puerto Rico trata el tema del sargazo como un asunto menor, el funcionario del DRNA negó que ese fuera el caso.
“Yo creo que los 44 municipios costeros, la Asociación de Hoteles y Turismo, todo el mundo está muy consciente de la situación y cómo episódicamente un huracán o unas inundaciones te van a traer estos tremendos problemas, porque no solo afectas al dueño del negocio, sino que afectas a los empleados, a los que le dan los suministros a las operaciones de los hoteles y los comercios de esa área. Nadie se va a sentar en una orilla o en una terraza a darse un trago o comer con esta situación”, manifestó el científico del DRNA.
A pesar de la importancia que por años Díaz le ha prestado al sargazo desde el DRNA, el investigador admitió que se necesita desarrollar estrategias de planificación y detección previo a la llegada de los arribazones de esta alga a las costas.
Más allá de una guía que el DRNA presentó en el 2015 para el recogido de sargazo en las playas, no existe una política pública de mitigación que integre el manejo de esta especie marina.
El gobierno federal tampoco tiene planes de indagar sobre los efectos de esta alga. “En la actualidad ERDC no está llevando a cabo investigaciones sobre sargazo”, dijo al CPI, Víctor González, quien habló a nombre del Centro de Investigación y Desarrollo de Ingeniería de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, adscrito al Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos.
Algunos municipios ponderan incluir el sargazo en sus planes de mitigación
Los ocho municipios costeros que ya entregaron su borrador final del plan de mitigación a FEMA son Santa Isabel, Vega Alta, Arecibo, Dorado, Aguada, Mayagüez, Patillas y Humacao, según la información provista por la JP. Los borradores del “Plan de Mitigación contra Peligros Naturales” de estos municipios están disponibles en la página de la agencia.
Otros gobiernos municipales que aún trabajan en sus planes podrían hacerlo, pero no queda claro si debe surgir como iniciativa de la JP o de los mismos municipios
Al menos así se expresaron varios funcionarios municipales que conversaron con el CPI.
“En el caso del plan de mitigación, sí tenemos que contemplarlo porque la ciudadanía no tiene conocimiento de para qué se usa el sargazo y siempre acuden al municipio para que busque la manera de cómo disponer porque lo ven como un desperdicio”, explicó Luis Rivera, ayudante especial del alcalde de Yabucoa.
Rivera entiende que la JP debe contemplar el tema del manejo del sargazo en las orientaciones relacionadas a trabajar la actualización de los planes de mitigación.
“Tendría que surgir de ellos (la Junta de la Planificación) porque en las guías, no lo tienen contemplado. Tal vez como es un problema que no afecta todo el año, sino que es una temporada de dos meses y pico, pues a lo mejor, para efectos de la Junta, no tiene tanta conciencia y como no afecta tanto el área norte, sino el área sur y área este, pues tal vez la situación pasa desapercibida por no ser un problema de todo el país”, añadió el funcionario yabucoeño, quien dijo que el borrador final del nuevo plan de mitigación de su municipio estará listo entre noviembre de este año y enero 2020.
El CPI preguntó a la JP si las guías de los planes de mitigación cambiaban por municipio o región de Puerto Rico, dependiendo de si son costeros, del área montañosa o urbana. La agencia explicó por escrito que los planes de mitigación “se trabajan en un mismo formato, el cual está en cumplimiento con los requisitos del Código Federal de Regulación”. No obstante, “en los planes se atienden los riesgos de acuerdo a las particularidades de cada municipio”.
En el caso del municipio sureño de Lajas, su alcalde, Marcos “Turín” Irizarry, adelantó que pondera integrar el tema del sargazo en el nuevo plan que espera tener listo para finales de año. Por los pasados años, Playita Rosada en Lajas ha tenido que cerrar en varias ocasiones debido a las altas acumulaciones del alga. Irizarry explicó que el sargazo que recogen de esta playa es utilizado como material para cubrir el vertedero municipal, además de que permite que agricultores lo usen como fertilizante.
El primer ejecutivo de Lajas dijo que espera que la JP reconozca la importancia de incluir el sargazo en las conversaciones y orientaciones relacionadas a los planes de mitigación.
Para el planificador y ayudante especial del municipio de Luquillo, Jardany Díaz Salgado, toda estrategia de mitigación del sargazo debe partir de la premisa de que esta planta marina trae beneficios a otras especies y puede representar una fuente de ingreso, si se sabe utilizar en proyectos económicos y ecológicos.
“Nosotros entendemos desde el punto de vista científico que el sargazo sí es un proceso natural que ayuda a la recuperación de las playas, que ayuda a mitigar la erosión, que vienen organismos que traen nutrientes. Cuando viene el sargazo durante la noche, en la marejada alta, quedan atrapados caracolitos que sirven de alimento a las aves costeras”, explicó Díaz Salgado.
Sobre el nuevo plan de mitigación, el planificador expresó que “el asunto del sargazo es algo que se va a incluir. Después del huracán María, son muchas cosas que se van añadiendo a ese plan. Estamos en proceso de evaluar el plan que teníamos para cuando nos reunamos con la Junta de Planificación decir cuáles son las necesidades más apremiantes”.
“Ahora hay asuntos como el cambio climático y el aumento en los niveles de mar, que sabíamos que ocurrían, pero no se incluían en los planes de riesgo”, enfatizó.
Falta investigación sobre relación del sargazo con la crisis climática y la erosión
Ante el aumento en los niveles del mar que se experimenta en años recientes, el oleaje y la erosión tienen un impacto mayor en las costas.
Los arribazones de sargazo de la década actual ocurren en distintos tipos de playas, incluso las que llevan años experimentando procesos de erosión.
Tres científicos de la Universidad de Texas A&M presentaron proyectos piloto en los cuales han utilizado sargazo con el fin de restaurar dunas, y así tratar de aumentar la protección costera ante la erosión. El trabajo planteó el potencial del sargazo y otras plantas marinas en facilitar los escudos naturales que protegen las costas.
Por otro lado, la coincidencia de los arribazones con la pérdida de playa en algunos lugares motiva a algunos científicos a indagar sobre la posibilidad de que la acumulación excesiva del alga pueda acelerar aún más la erosión que estas zonas ya vienen experimentando. El impacto del sargazo en grandes cantidades puede inhibir la entrada de oxígeno al agua y afectar otras yerbas marinas. De igual forma, el recogido de sargazo sin el debido entrenamiento puede conllevar la remoción accidental de arena y otras yerbas marinas en las playas.
De acuerdo a la geóloga costera, Maritza Barreto, la presencia continua de sargazo en las costas del Caribe hace indispensable estudiar los vínculos entre los arribazones y la erosión costera.
“El sargazo pudiera tener dos efectos con respecto a la erosión. Sin embargo, yo como estudiosa de playas no tengo ningún dato de que produzca arena o produzca erosión. Habría que hacer un monitoreo de ancho y elevación de playa de aquellas playas que se afectan por el sargazo por un período mínimo de un año”, argumentó la catedrática de la Escuela Graduada de Planificación en la Universidad de Puerto Rico.
La necesidad de estudiar los posibles efectos del sargazo por un período de al menos un año responde a que las playas son dinámicas y están en constante cambio en términos de ancho y elevación. Una playa erosionada durante una temporada de acumulación de sargazo pudiera restaurarse y tener de vuelta la arena en semanas o meses. Estos escenarios también dependerán del tipo de arena, del comportamiento de la marejada, así como de las características generales de la playa.
Para Bauzá, es importante estudiar el vínculo entre sargazo y erosión, partiendo del impacto del alga en los corales.
“La mancha del sargazo tiene un efecto de sombra y evita que llegue la luz que necesitan los corales. Imagínate que tenemos estos sargazos por meses, me afectan una comunidad de corales, los corales que ya están amenazados por altas temperaturas y el blanqueamiento. Los corales son barreras naturales. Si se ve amenazada esa barrera natural que disipa la ola, pues esas olas van a llegar más adentro por el ascenso del nivel del mar y te va erosionar la playa”, advirtió el oceanógrafo.
“Si hay evidencia de que afecta la distribución o calidad del coral, pues tenemos un gran problema. Si pierdo la capacidad del coral en distribución o calidad tengo un problema serio porque el coral tiene una función en proteger la playa”, arguyó Barreto, quien también alertó sobre los peligros de perder hierbas marinas que también cumplen una función de proteger las playas.
Rafael R. Díaz Torres es miembro de Report for America.
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