Desde que inició la emergencia, en los albergues de San Juan ha aumentado, incluso en algunos casos triplicado, la cantidad de personas en busca de desayuno, almuerzo y cena.
Por Joel Cintrón Arbasetti | Centro de Periodismo Investigativo
Es casi de noche y parece que todo el mundo está en su casa, menos los que no tienen una. Hay toque de queda impuesto por el Gobierno de Puerto Rico para combatir el COVID-19. Para los cristianos, es Domingo de Pascua, y por la Avenida Fernández Juncos en Santurce, a la altura de la Parada 22, a esta hora no pasa ningún carro. Cerca de la salida a la autopista, que también está desierta, un hombre enrola un cigarrillo de marihuana sintética. Junto a él hay otros dos, recostados de un pasamano frente a un edificio abandonado.
¿Sabrán que la gobernadora Wanda Vázquez firmó una Orden Ejecutiva “para atender las necesidades de las personas sin hogar” ante la emergencia por el COVID-19? ¿Alguien del Gobierno los habrá orientado sobre los “centros de asistencia” para personas sin hogar de los que habla la Orden?
“Ninguna, nada, nadie nos ha venido a ayudar. Ninguna orientación”, contestó uno de los hombres, luego de una carcajada irónica y sin dejar de hacer lo que estaba haciendo. Enrola con mucha delicadeza el cigarrillo que compartirán, sin quitarle los ojos de encima, mientras usa los dedos, la lengua, como todo un artesano. Es usuario de heroína y cocaína, y fumar marihuana sintética es una forma de aliviar los síntomas que padece cuando no consigue la droga que necesita. Tiene 41 años, diez de ellos los ha vivido en la calle y explica que, en estos días de pandemia, conseguir la cura es mucho más difícil. El dinero para comprarla escasea.
“Yo me dedico a pedir dinero y pido dinero en la luz… En una hora te podían pasar por aquí como 200 carros, ahora en una hora te pasan tres carros”. ¿Se ha afectado la accesibilidad a las drogas? “Pues seguro, es mucho más difícil… La gente tiene miedo y piensa que como uno es adicto pues uno tiene las enfermedades que vienen completas, que uno tiene desde la A hasta la Z. Pero hay gente que no les importa, bajan su cristal, nos ayudan, nos saludan, nos dan comida, pero es muy difícil. Y hoy me encontré con una patrulla y le pregunté a los oficiales, ¿contra por qué la Gobernadora no pensó en nosotros los usuarios, por qué no pensó en nosotros pa’ ubicarnos en algún sitio? Y el oficial no supo qué contestarme, no me dijo na’. Lo que hizo fue al revés, se me echó a reír. Y en verdad me sentí bien ofendido, porque nosotros somos humanos”.
El que estaba a su lado entró a la conversación: “Yo no sé si han puesto fondos o ayudas, desconozco todo eso, nadie ha venido a orientarnos y leo el periódico todos los días. Y yo no he escuchado información ninguna sobre ‘vaya aquí a tal lugar que se le va a orientar’, me entiendes, nada de eso. Ahora, si hay un sitio de orientación, ¿dónde yo tengo que ir para que me orienten?”.
A esta hora, poco más de las siete de la noche, hay ocho personas sin hogar merodeando esta cuadra en Santurce. En la Parada 18 había otros cuatro y uno de ellos dijo que estaba pasando hambre porque con el toque de queda no hay carros a los que puedan pedir dinero en el semáforo y los establecimientos de comida están cerrados.
En 2019 había 2,535 personas sin hogar en Puerto Rico, según el Departamento de la Vivienda y Desarrollo Urbano Federal (HUD, en inglés).
El plan para atender la población sin hogar todavía es un borrador que hace 15 días está en manos de los jefes de agencia encargados de implementar la Orden Ejecutiva que firmó la gobernadora Wanda Vázquez el 17 de marzo “para atender las necesidades de las personas sin hogar” ante la emergencia por el COVID-19. El secretario del Departamento de la Familia, Eddie García, dijo al Centro de Periodismo Investigativo (CPI) que el plan es crear un “centro de asistencia” en el estacionamiento de la estación del tren urbano del Sagrado Corazón en Santurce.
“Lo que falta es una discusión que tenemos con el Departamento de Salud que quiere hacer unas recomendaciones que nos pidieron pero no son muy complicadas. Ahora mismo nos encontramos en los aspectos administrativos y legales para el lugar”, dijo García Fuentes.
El lugar para el “centro de asistencia”, una explanada de brea al aire libre, pertenece a Santurce Ambulatory Surgical Center Holding, compañía que maneja el empresario Cyril Meduña. El lote fue adquirido en 2018, cuando el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) lo vendió por $3.3 millones, 75 por ciento menos del precio de tasación. Ese año el senador José Vargas Vidot presentó una resolución para investigar la transacción debido a que Santurce Ambulatory Surgical Center es afiliada a una empresa de Alberto Bacó, expresidente del BGF y exsecretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio bajo la administración de Alejandro García Padilla.
El Departamento de la Vivienda federal asignó $12.4 millones del Emergency Solutions Grant Program (ESGP) desde el 2 de abril para atender a las personas sin hogar ante el COVID-19 en Puerto Rico. Pero según García Fuentes, el Gobierno está esperando por las guías federales para distribuir los fondos.
“Lo que nos dice Familia es que se están reuniendo para sacar el plan, pero así llevamos dos periodos de cuarentena y ya empezamos el tercero y no ha salido ese plan”, dijo Edwin Otero, director de Desarrollo y Recursos Externos de La Fondita de Jesús, una organización sin fines de lucro que atiende a personas sin hogar.
“Muchas organizaciones estamos tratando de ubicarlos en viviendas temporeras, en viviendas de emergencia, en vivienda inclusive permanente de alojamiento rápido. Pero es ya a nivel de las organizaciones y hasta donde las organizaciones podemos llegar. Lo que nos hace falta es dónde, cuál es el procedimiento, que fue lo que la Gobernadora le ordenó a estos tres secretarios, el lugar, el protocolo, el sitio, y eso es lo que hace falta”, dijo por su parte Geraldine Bayrón, directora de Servicios Programáticos de La Fondita de Jesús.
Los tres secretarios son el de Familia, Eddie García, Departamento de Vivienda, Luis Carlos Fernández Trinchet y el de Salud, Lorenzo González, quienes, según la orden, deben de establecer centros de asistencia para personas sin hogar. “En estos centros se deberán proveer, como mínimo, diagnósticos y cuidados médicos básicos, instalaciones para aseo personal, lavado de ropa, alimentación y otros servicios dirigidos a evitar el contagio y la propagación del COVID-19”, dice la Orden Ejecutiva firmada hace un mes. Nada de esto ha ocurrido.
“Ellos aparentemente están trabajando, eso es lo que nos han informado. Yo soy parte de Cuidado Continuo de Personas sin Hogar en Puerto Rico [Continuum of Care, programa del Departamento de Vivienda federal]. Y en reuniones con el Secretario de Familia lo que nos informó es que estaban trabajando la infraestructura para llevar a cabo el plan, que conllevaba un engranaje bastante grande para ubicar en esta emergencia a las personas sin hogar. Esa reunión fue hace como dos semanas, una semana después de que la Orden Ejecutiva se emitió y no hemos escuchado más nada al respecto”, dijo Bayrón en entrevista con el CPI.
José Cerra, director del Departamento para el Desarrollo Social Comunitario del Municipio de San Juan, dijo que “oficialmente no se nos ha consultado directamente, pese a que la Orden Ejecutiva establece que hay que trabajar con las organizaciones de base comunitaria y con los municipios. No se han comunicado con nosotros para eso… Lo único que hemos escuchado del plan es que lo están desarrollando, que ya está establecido, que hay un borrador… pero no nos han dado los detalles”.
La Orden establece que “el Departamento de la Familia trabajará en coordinación con las agencias e instrumentalidades del Gobierno de Puerto Rico, las organizaciones comunitarias, los gobiernos municipales, el Gobierno federal, el tercer sector, el sector privado y organizaciones sin fines de lucro, para desarrollar iniciativas que permitan la adecuada y pronta implementación de los dispuesto”.
Aunque la Orden Ejecutiva aplica a toda la isla, hasta ahora el único centro de asistencia que se tiene en planes es el de Santurce.
¿Piensan expandir los centros más allá de San Juan? ¿Hay conversación con los alcaldes para ver qué municipios tienen más necesidad de tener un centro como éste?, preguntó el CPI al secretario de Familia, Eddie García.
“Nosotros vamos a ir trabajando dependiendo de las necesidades que se nos vayan planteando. Ese diálogo con los alcaldes va a depender de la cantidad de personas sin hogar que haya”, contestó García, y dijo que el segundo municipio con la mayor cantidad de personas sin hogar después de San Juan es Ponce.
“Nosotros en San Juan seguimos con nuestro programa de personas sin hogar que son dos albergues que operan 24/7. Continúan en operación, están llenos a capacidad ambos desde que comenzó el toque de queda. Hemos aumentado también los servicios de nutrición que se brindan a las personas que no necesariamente están refugiadas. Por lo general se ofrece desayuno y cena, en el tiempo regular a alrededor de 25 a 30 personas que son externas a los albergues. En este momento ya hemos sobrepasado 100 personas diarias y se les está dando desayuno, almuerzo y cena, en adición a los 83 que tenemos refugiados”, detalló Cerra.
Estos albergues son la Casa Nuestra Gente en la avenida Muñoz Rivera en Río Piedras y el Centro de Acogida, un hogar transitorio en la barriada Parcelas Falú, también en Río Piedras.
Sobre el lugar donde el Gobierno piensa ubicar el centro para asistencia a personas sin hogar, Cerra dijo que “la orden ejecutiva es bien específica en las cosas que tienen que establecer en esos centros de asistencia. A mí no me importa dónde lo ubiquen, me alegra que estén ubicándolo en un sitio que es bastante céntrico entre Santurce y Hato Rey, y cercano a Río Piedras. No hay problema donde lo establezcan, pero que lo establezcan porque la necesidad es bien grande”.
“El plan está listo y está compartido con los jefes de agencia, el Departamento de Salud, el Departamento de Vivienda, el Departamento de Educación, la Oficina de Gerencia y Presupuesto, la Guardia Nacional, el Negociado de Seguridad, el Negociado de Manejo de Emergencia y la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), porque sabes que dentro de esta población hay unas personas que tienen condiciones de salud mental y problemas de adicción”, dijo el Secretario de la Familia.
Liz Mónica Lamboy, secretaria auxiliar de Planificación del Departamento de la Familia, especificó que el Departamento de la Vivienda estaría administrando los centros y proveyendo los catres que se necesiten en las diferentes áreas, que serían divididas entre aislamiento, cuarentena y sitio para dormir.
Esperan que aumente cantidad de personas sin hogar debido a la pandemia
El martes, 14 de abril, la fila para recibir almuerzo en La Fondita de Jesús en Santurce era larga. Daba la vuelta al edificio de la organización que atiende a las personas sin hogar desde el 1985. Lucy Dávila, recepcionista que se describe como homeless advocate y que trabaja aquí hace 15 años, dijo que el lunes atendieron a 85 personas. Vienen a las siete de la mañana para el desayuno y regresan a las diez para el almuerzo.
“Antes atendíamos entre 70 a 80 personas a diario, pero desde la segunda semana de la emergencia el promedio ha sido de 100 a 120 diarios, lunes a viernes. Estas no son personas sin hogar nuevas, sino gente que está viniendo ahora por primera vez a recibir los servicios”, dijo Edwin Otero, director de Desarrollo y Recursos Externos de La Fondita de Jesús.
Quienes sirven los alimentos tienen guantes, visten batas blancas y tienen el rostro cubierto con viseras de plástico transparente y mascarilla. Los que hacen fila tienen mascarilla y guantes, o solo mascarilla o solo guantes, o nada. En la fila guardan distancia, más o menos. En una esquina se aglomeran, charlan, comen y otros se van con sus envases de foam blanco llenos de comida. Esta esquina cerca de la Parada 16 es de los lugares más concurridos que se ven a esta hora en Santurce, a un mes desde que empezaron los toques de queda, cierres de negocios y otras medidas oficiales ante el COVID-19.
“Nosotros desde el día uno comenzamos a dar servicios. Por la lógica de la emergencia, solamente proveemos los servicios básicos, entiéndase alimentación, higiene y ropa. Y estamos incluyendo también servicios de salud, enfermería, y tenemos que monitorear la temperatura de nuestros participantes y de nuestros empleados para poder referir para cernimiento en caso de que alguien presente, por lo menos, fiebre”, dijo Otero.
Ante las noticias a nivel mundial sobre el nuevo coronavirus, La Fondita comenzó a prepararse, incluso antes de la firma de la primera Orden Ejecutiva relacionada a la emergencia.
“Adquirimos el termómetro. También teníamos mascarillas y teníamos guantes, pero fue necesario comprar más. No estamos boyantes con esos recursos, en algún momento se van a acabar”, dice Otero.
“Siendo personas sin hogar, están en total exposición porque son las personas que menos recursos tienen para poder protegerse del virus, a menos que se les provea. La mayoría tiene de 35 a 55 años, pero tengo que destacar que sí tenemos participantes que son personas de edad avanzada. Algunos de ellos han comenzado a vivir en la calle siendo personas de edad avanzada y otras personas han envejecido viviendo en la calle”.
“Yo sé que ahora están las moratorias de hipoteca, se supone que no estén cobrando renta. Pero una vez termine, la persona tiene que pagar la totalidad de lo que debe más los intereses que se están acumulando. Y eso ya presenta un alto factor de vulnerabilidad para que esa persona llegue a vivir en la calle”.
¿Tú estás anticipando que debido a todo esto puede aumentar la cantidad de personas sin hogar?
“Pudiera aumentar, seguro que sí. No estoy diciendo que va a suceder, pero sí puedo predecir que puede suceder. Hay personas que pueden trabajar desde su hogar, hay personas que pueden recurrir a sus licencias, pero hay personas que por la naturaleza de su trabajo, si no están presentes, no cobran”, concluyó Otero.
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