RESEÑA
por Mariana Reyes | Centro de Periodismo Investigativo
“La mejor investigación es la que una hace con calma, y que cuando sale, tiene consecuencias”, dijo la periodista Carmen Enid Acevedo en el conversatorio Investigaciones periodísticas de corrupción en el Departamento de Educación, al recordar su experiencia como reportera cubriendo el caso de corrupción en esa agencia bajo la jefatura de Víctor Fajardo. En el 2001, Acevedo tuvo acceso a la prueba de la fiscalía que mostraba que Fajardo era el líder de un esquema en el Partido Nuevo Progresista (PNP) de solicitar sobornos a contratistas de la agencia que se usarían para subvencionar la campaña política del 1996.
El público, compuesto por miembros del Instituto de Formación Periodística del Centro de Periodismo Investigativo (CPI), escuchó las presentaciones de Acevedo y de Aiola Virella y Marisol Seda, periodistas que han investigado asuntos relacionados a la corrupción dentro del Departamento de Educación en Puerto Rico, quienes reflexionaron sobre las lecciones aprendidas en estas investigaciones.
El panel se enfocó en los casos de corrupción incoados contra los exsecretarios de Educación Víctor Fajardo y Julia Keleher. El primero, que ocupó el cargo durante la gobernación de Pedro Roselló, cumplió 13 años de cárcel por apropiación de $4.3 millones de dólares de fondos federales que debían ser destinados a la educación de los niños del País. Keleher, que fue parte del gabinete de Ricardo Roselló, está en espera de la vista se sentencia, y es juzgada por cargos de conspiración, fraude electrónico y soborno.
El taller, moderado por la directora ejecutiva del CPI, Carla Minet, se asomó al trasbastidores de las investigaciones sobre ambos casos.
Seguir la intuición
Marisol Seda fue a cubrir una conferencia de prensa en 1998 donde las trabajadoras de comedores escolares denunciaban que el menú cambiaría de comida criolla a pizzas o burritos. Pero la historia no terminaba ahí. La periodista preguntó por el contrato de la compañía que brindaría los nuevos servicios. El propietario, Joaquín Arbona Lago, era, además, el fundador del grupo Empresarios con Rosselló. Este grupo estaba compuesto por hombres de empresas que, por su compromiso con el PNP, esperaban ser favorecidos con contratos gubernamentales una vez el partido ganara las elecciones. La investigación fue minuciosa y se extendió durante varios años. Se analizaron las cifras del contrato tomando en cuenta la cantidad de onzas por lata y de latas por caja. Se reportó sobre la contratación de escoltas privados para Fajardo y su familia, pagadas con fondos públicos, aún cuando no había ninguna amenaza que hubiera sido informada a la Policía. El proceso, explicó Seda, incluyó negociaciones internas con su editor en El Vocero, Gaspar Roca, para que se le concediera tiempo para investigar – un mes – y recursos con pericia en contabilidad para poder entender los contratos que estaba leyendo. Años más tarde, el secretario de Educación fue preso.
Acevedo por su parte también trabajó de cerca con el caso de Fajardo, luego de las acusaciones. En su relato se enfocó en las relaciones entre el convicto y el partido en el cual militaba, estableciendo que su rol como líder político del Partido Nuevo Progresista se antepuso a sus funciones como secretario. Destacó la contradicción de que si se le pregunta a personas dentro del magisterio sobre Fajardo, muchas lo destacan como el mejor secretario que ha tenido la agencia, porque fue superintendente de escuelas y conocía el funcionamiento del departamento desde adentro. Acevedo asegura que fue durante el mandato de Fajardo donde empezó a cambiar la dinámica escolar que estaba atada a la participación comunitaria en el proceso educativo y pasó entonces a centralizarse, quitándole autonomía a las escuelas y los distritos.
El caso de Julia Keleher se da en el marco de una asignación millonaria, esta vez por los fondos de recuperación después del huracán María ocurrido en 2017. Aiola Virella, editora del periódico Metro, narró cómo recibieron una confidencia anónima en la redacción apuntando hacia algunos de los actos de corrupción que más tarde llevaron a la acusación y alegación de culpabilidad de la Secretaria. Los periodistas del rotativo investigaron el caso y consiguieron confirmaciones y documentos que sustentaban las acusaciones de la fuente. En su presentación, Virella apuntó a varios asuntos que le parecieron indicativos de que estaba sucediendo “algo extraño”. La falta de transparencia en asuntos financieros – pues había un donante anónimo pagando el salario de la asistente de Keleher –; la intención de lucrarse desmedidamente de los fondos públicos, devengando un salario, inédito en Educación, de $250,000 anuales y habiendo solicitado que fuesen $500,000; y la alegación de la funcionaria de que no recordaba quién le había llevado al contratista que obtuvo $17 millones para el programa Tus valores cuentan.
El repaso del trabajo investigativo que llevó a las publicaciones de estas historias fue una clase magistral de las tres veteranas del periodismo puertorriqueño. Las periodistas coincidieron en enumerar los retos para hacer periodismo investigativo desde medios diarios, incluyendo obstáculos como la falta de tiempo o recursos para investigar y la censura interna que enfrentaron de parte de algunos editores. Destacaron además, la importancia del periodista dando contexto a las historias, yendo a los lugares de los que se habla en los reportajes y estableciendo organigramas o mapas de relación con los personajes de las historias.
El Instituto de Formación Periodística, fundado en el 2015, es un espacio para la capacitación de periodistas en técnicas investigativas. Los eventos del IFP están disponibles exclusivamente para sus miembros. La matrícula, que tiene un costo de $20 anuales, está abierta para periodistas y estudiantes de periodismo.
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